viernes, 8 de enero de 2010

Otra Navidad con el viejo Dickens


Si existe una época para cada escritor, Charles Dickens (1812-1870), indudablemente, está asociado al invierno y a la Navidad. Su Canción de Navidad (1843) es un clásico que acompaña al lector en la temporada de los fríos, las luces, los abetos y los regalos. Impedimenta publica, con la exquisitez y el cuidado que le son característicos, Para leer al anochecer. Historias de fantasmas, un compendio de trece cuentos típicamente dickensianos, todos ellos en nueva traducción. Algunos de los cuentos están extraídos de diferentes relatos publicados precisamente durante las festividades navideñas, tales como "La casa encantada" (de All Year Round, Navidad de 1859) o "El guardavías" (de All Year Round, Navidad de 1866), porque el autor tenía como costumbre enviar cuentos de fantasmas a diversas publicaciones antes de estas fiestas. El magnífico relato "El fantasma en la habitación de la desposada" lo escribió en colaboración con el siempre genial Wilkie Collins (cuyo nacimiento se conmemora en este día, 8 de enero).
El señor Dickens fue durante toda su vida un gran aficionado a los fenómenos misteriosos, fantasmales, sobrenaturales, espectrales, y este libro es fiel reflejo de su inclinación hacia lo gótico. Este peculiar interés lo vertía en historias espeluznantes en las que deambulaban todo tipo de personajes paradigmáticos —viajeros victorianos, damas misteriosas, taberneros taciturnos— en lugares lúgubres igualmente clásicos de la imaginería fantástica. En este libro se recopila una serie de relatos que regocijarán y sorprenderán al lector acostumbrado al universo de Dickens y que, ciertamente, también harán las delicias de aquellos que por vez primera se aproximen a este tipo de obras del escritor victoriano.

Me gusta volver a casa por Navidad. A todos nos pasa, o al menos así debería ser. Todos regresamos a casa, o deberíamos hacerlo, para disfrutar de unas breves vacaciones —aunque cuanto más largas sean, mejor— [...]. A todos nos conviene tomarnos un respiro, ésa es la verdad. En cuanto a ir de visita, ¿a qué otro sitio podríamos ir si no? ¡Pues junto al árbol de Navidad, para proclamar nuestros buenos deseos al mundo! Y así partimos lejos, hacia el invierno, a colocar nuestros anhelos junto al árbol.

Dickens, Charles, Para leer al anochecer. Historias de fantamas [To be Read at Dusk], Impedimenta, Madrid, 2009. Traducción de Marian Womack y Enrique Gil-Delgado. Rústica con sobrecubierta, 240 páginas.