domingo, 27 de enero de 2013

«Es una verdad universalmente aceptada...»


El año 2013 comienza con el que será uno de los acontecimientos literarios del año: mañana, 28 de enero, se celebra el bicentenario de la publicación de Orgullo y prejuicio, de Jane Austen. En Inglaterra, qué duda cabe, se contempla casi como un día de fiesta nacional, pero parece que la jornada también prometerá en España, con artículos variados e interesantes en prensa.
Este mismo fin de semana se daba el pistoletazo de salida con sendos artículos sobre la obra y su autora en el Abc Cultural, a cargo de Luis Magrinyà (escritor y editor de Alba), y en el suplemento SModa de El País, donde se hacía una mención especial a la edición conmemorativa que ha publicado la editorial Espasa (en Austral) y al prólogo de su traductor, el escritor José C. Vales. 
Resulta casi inconcebible que una obra maestra como Orgullo y prejuicio fuera escrita por Jane Austen cuando apenas contaba veinte años. Titulada en principio First impressions, la redactó entre octubre de 1796 y agosto de 1797. El 1 de noviembre de 1797, el padre de la señorita Austen le envió una carta a Thomas Cadell, editor londinense, proponiéndole su publicación, pero fue rechazada. Entre 1811 y 1812, Jane revisó la novela y cambió el título: para ello se inspiró en un pasaje de Cecilia, de Fanny Burney, una obra que admiraba. Jane Austen vendió finalmente el manuscrito al mismo editor que le había publicado anteriormente Sentido y sensibilidad, Thomas Egerton, por 110 libras (aunque ella había solicitado 150). 
Egerton publicó la novela en tres volúmenes (como era costumbre en la época) el 28 de enero de 1813. En la portada figuraban únicamente unas palabras sobre Jane: "Por la autora de Sentido y sensibilidad" (que a su vez llevaba como firma: "Por una dama"). El inmediato éxito que obtuvo Orgullo y prejuicio (con varias reediciones a los pocos meses de su publicación) provocó que pronto se supiera quién estaba bajo aquel anonimato.
Doscientos años después de su publicación, Orgullo y prejuicio puede vanagloriarse de ser una de las novelas más vendidas de la historia. Y no sólo eso: también de figurar entre las obras maestras de la literatura universal. Quienes piensan que esta novela y su autora pertenecen a un peldaño menor en el escalafón demuestran una ignorancia pertinaz y un desconocimiento absoluto de la historia de la literatura y del Romanticismo. La culpa de ello es la visión edulcorada y nada acertada que, con el paso del tiempo, se ha vertido sobre Jane Austen y su obra. Jane Austen fue una adelantada a su época, una escritora realmente innovadora, y las protagonistas de sus novelas (como, por ejemplo, Elizabeth Bennet) auténticas mujeres independientes en un tiempo en el que eran completamente ninguneadas. Su crítica social no debería pasar inadvertida.








(La bibliotecaria pide disculpas a sus socios y corresponsales por el tiempo transcurrido desde que escribió el último post y confía en que sus lectores no hayan abandonado el carnet de la biblioteca).