viernes, 31 de mayo de 2013

Feria del Libro de Madrid (#FLM13)



La Feria del Libro se celebró por primera vez en 1933, a finales de abril, y estaba situada en el Paseo de Recoletos. La organizaban los libreros madrileños. A partir de la edición de 1936 adquirió carácter oficial; sin embargo, con la llegada de la Guerra Civil se suspendió. No volvió a celebrarse hasta 1944 y, además, hubo un cambio de fechas (pasó a festejarse a finales de mayo y principios de junio), de organización (se encargó del evento el Instituto Nacional del Libro Español) y de nombre (comenzó a llamarse Feria Nacional del Libro). Durante los años siguientes, la Feria viajó a diferentes ciudades y en algunos años ni siquiera se celebró. A partir de los años sesenta, otras ciudades propusieron sus propias ferias a imagen y semejanza de la creada en Madrid. En 1967 se trasladó de ubicación, al Parque del Retiro, concretamente al Salón del Estanque. En 1970 volvió a cambiar de emplazamiento, aunque dentro del parque, a una zona cercana al Paseo de Coches. En 1979 se trasladó de nuevo, esta vez al Palacio de Cristal del Buen Retiro. Ante la escasísima afluencia de público durante esa edición, el año siguiente se instaló en el Paseo de Coches. En 1981, el Instituto del Libro dejó la organización y una comisión integrada por editores, libreros y distribuidores se hizo cargo de ella. En 1982 adoptó su nombre definitivo: Feria del Libro de Madrid.
La Feria del Libro ha comenzado este año el viernes 31 de mayo y durará hasta el domingo 16 de junio; inaugura nuevo horario: de lunes a viernes de 10.00 a 14.00 y de 18.00 a 21.30, y sábados, domingos y festivos de 11.00 a 15.00 y de 17.00 a 21.30. 


 

 

 

 

domingo, 5 de mayo de 2013

Sobre libros y fieras


Ya hay libros donde un día hubo fieras. El pasado 29 de abril se inauguró en el parque más literario de Madrid la Biblioteca Eugenio Trías en la antigua Casa de Fieras. "Siempre imaginé que el paraíso sería algún tipo de biblioteca", escribió Borges. Este pensamiento se convierte en certeza cuando se contempla este espectacular refugio de libros, cuyo nombre rinde homenaje al gran filósofo y escritor barcelonés Eugenio Trías, fallecido recientemente.
La Casa de Fieras fue el primer zoológico de Madrid. Se construyó en 1830, cuando Fernando VII trasladó el zoo desde la Cuesta de Moyano, donde lo ordenó situar Carlos III en 1774, hasta esta zona del Parque del Retiro. El mantenimiento corría a cargo del denominado Bolsillo Secreto de Su Majestad. El edificio principal, llamado La Leonera, es la ubicación actual de la biblioteca. En la planta de abajo estaban las jaulas para los animales y en la superior se hallaban las dependencias para la familia real y sus invitados, además de albergar una curiosa colección de animales disecados.
La Revolución de 1868 permitió que las instalaciones se abrieran al público y el Ayuntamiento de Madrid se encargó de gestionar el zoo. Esta situación apenas duró unos años, porque el mantenimiento era muy gravoso y frecuentemente hasta tenían que sacar a subasta a los animales para poder asumirlo. En 1895, la corporación cedió los derechos a un tratante de animales, que lo convirtió casi en su cortijo particular. En 1918, el Ayuntamiento volvió a hacerse cargo de la institución tras denunciar los hechos y su jardinero mayor, Cecilio Rodríguez, se ocupó de su cuidado.
La Guerra Civil provocó que prácticamente desapareciera, pero durante la Segunda Guerra Mundial se convirtió en hogar de muchos animales que venían del continente, evacuados por la contienda, y su popularidad alcanzó cotas altísimas. Los días festivos llegaba a tener hasta 200.000 visitantes. De nuevo bajo las riendas de Cecilio Rodríguez, el jardinero emprendió nuevos proyectos y mejoró sensiblemente las condiciones en las que vivían los animales.
En 1972 se inauguró un nuevo zoológico en la Casa de Campo y la Casa de Fieras se desalojó. La Junta Municipal de Retiro trasladó sus oficinas a las instalaciones y permanecieron allí hasta 2003, cuando se decidió un nuevo traslado y el antiguo zoo quedó abandonado.
En el año 2004, el pleno del Ayuntamiento aprobó por unanimidad que se convirtiera en una biblioteca, una proposición que partió de Izquierda Unida, y se incluyó en el Plan Estratégico de Bibliotecas de 2005. La renovación y restauración de los edificios corrió a cargo de los arquitectos Jaime Nadal y Sebastián Araújo. Sin embargo, cuando finalizaron las obras, en 2010, la gran incógnita fue cuándo llegarían los libros. Desde el consistorio se decía que no había presupuesto para contratar personal y poder abrir al público.
Afortunadamente, toda esta historia es hoy papel mojado y, en vez de animales enclaustrados, los visitantes del parque, los ciudadanos de Madrid y los vecinos de Retiro y Salamanca disfrutarán de una excepcional biblioteca.
Los antiguos veintidós módulos de la Casa de Fieras se han convertido en un espacio prácticamente diáfano de más de tres mil metros cuadrados que cuenta con un fondo documental de casi 30.000 ejemplares, 283 puestos de lectura y consulta, 37 puestos de Internet y un salón de actividades. Una gran foto de Eugenio Trías preside el atrio de entrada, así como unos expositores con toda su obra. Salpicadas por las paredes de los diferentes módulos, variadas citas del filósofo permiten un acercamiento a su pensamiento. La gran cristalera frontal refleja el verde de los árboles e ilumina espectacularmente el recinto.
La inauguración de la biblioteca se convirtió en un emotivo y precioso homenaje a Eugenio Trías. Tras unas palabras de su amigo Pepe Ribas, escritor y director de la revista Ajoblanco, intervino en nombre de la familia su hijo David Trías, director literario de Plaza & Janés, que trazó un íntimo retrato de su padre y ensalzó su pasión por los libros, comparable únicamente a su pasión por la vida. Recordó que su padre creía firmemente que el poder político debía financiar la educación y la cultura y recalcó que se habría sentido muy feliz de estar presente en un parque como el Retiro y de que Madrid hubiera llevado a cabo esta iniciativa.
La Biblioteca Eugenio Trías se convertirá este año durante la Feria del Libro de Madrid (31 de mayo-16 de junio) en el pabellón del Ayuntamiento de Madrid y acogerá actividades relacionadas con la Feria: teatro, talleres y presentaciones de libros.









"Las crisis, aunque atemorizan, nos sirven 
para cancelar una época e inaugurar otra".
"La belleza es siempre un velo (ordenado) 
a través del cual debe presentirse el caos".

miércoles, 27 de marzo de 2013

«¡Una 'omelette' Arnold Bennett, por favor!»


No todos los escritores pueden presumir de un plato que lleve su nombre. Y aunque es indiscutible que a los lectores se les conquista por razones literarias, no cabe duda de que también se les puede conquistar por el estómago.
Durante sus estancias más o menos largas en Londres, el escritor Arnold Bennett (1867-1931) frecuentaba el Hotel Savoy, seguramente buscando inspiración para sus novelas (para su gran Cuento de viejas se inspiró en una camarera de un pequeño restaurante parisino). Era un cliente habitual y todo el personal del Savoy lo adoraba. En 1920, el chef decidió distinguir a tan egregio visitante e inventó una tortilla que, con el paso del tiempo, se ha convertido en un clásico: la 'Omelette Arnold Bennett'.
Los ingredientes principales de la tortilla Bennett son, además de los huevos, el abadejo ahumado, el queso parmesano y una ligera salsa Mornay (en sus variantes también admite salsa holandesa e incluso bechamel). La receta es sencilla: se hornea durante diez minutos a doscientos grados el abadejo deshecho en lascas, junto con la salsa Mornay, un hojita de laurel, un poco de pimienta negra y mantequilla. En un bol se mezcla la salsa Mornay con el parmesano, ralladura de limón y cebollino. Se baten los huevos y se vierten en una sartén con un poco de mantequilla y se deja que cuajen un poco. Y cuando están un poco cuajados se añade el abadejo y la mezcla de la salsa. Se le da la vuelta hasta que quede esponjosa, tierna y hecha, y ya está lista para servir.
Estamos en 2013 y la Omelette Arnold Bennett sigue siendo uno de los entrantes principales de la carta del Savoy Grill. 



[Nota: seguramente los lectores habituales de esta biblioteca se hayan extrañado al ver la naturaleza de este post. Tiene su explicación: tal día como hoy, 27 de marzo, falleció Arnold Bennett. Es un magnífico escritor injustamente olvidado, especialmente en España. Con el fin de homenajearlo como se merece y reivindicar sus obras, Elena Rius y José C. Vales pusieron en marcha una iniciativa fantástica: la Arnold Bennett Bloggers Assembly (ABBA), una acción simultánea en la que han participado mumerosísimos blogs escribiendo hoy sobre Arnold Bennett. Como en la biblioteca ya se había comentado su novela Cuento de viejas, he preferido escribir un post sobre la tortilla del señor Bennett, jugosa y nutritiva como todas sus obras]. 

viernes, 15 de marzo de 2013

#EBL


Nos vemos en Barcelona. El sábado 16 de marzo, a partir de las diez de la mañana, en La Violeta de Gràcia (calle Maspons 6), segundo encuentro de #EBL. Charlaremos sobre literatura.



domingo, 27 de enero de 2013

«Es una verdad universalmente aceptada...»


El año 2013 comienza con el que será uno de los acontecimientos literarios del año: mañana, 28 de enero, se celebra el bicentenario de la publicación de Orgullo y prejuicio, de Jane Austen. En Inglaterra, qué duda cabe, se contempla casi como un día de fiesta nacional, pero parece que la jornada también prometerá en España, con artículos variados e interesantes en prensa.
Este mismo fin de semana se daba el pistoletazo de salida con sendos artículos sobre la obra y su autora en el Abc Cultural, a cargo de Luis Magrinyà (escritor y editor de Alba), y en el suplemento SModa de El País, donde se hacía una mención especial a la edición conmemorativa que ha publicado la editorial Espasa (en Austral) y al prólogo de su traductor, el escritor José C. Vales. 
Resulta casi inconcebible que una obra maestra como Orgullo y prejuicio fuera escrita por Jane Austen cuando apenas contaba veinte años. Titulada en principio First impressions, la redactó entre octubre de 1796 y agosto de 1797. El 1 de noviembre de 1797, el padre de la señorita Austen le envió una carta a Thomas Cadell, editor londinense, proponiéndole su publicación, pero fue rechazada. Entre 1811 y 1812, Jane revisó la novela y cambió el título: para ello se inspiró en un pasaje de Cecilia, de Fanny Burney, una obra que admiraba. Jane Austen vendió finalmente el manuscrito al mismo editor que le había publicado anteriormente Sentido y sensibilidad, Thomas Egerton, por 110 libras (aunque ella había solicitado 150). 
Egerton publicó la novela en tres volúmenes (como era costumbre en la época) el 28 de enero de 1813. En la portada figuraban únicamente unas palabras sobre Jane: "Por la autora de Sentido y sensibilidad" (que a su vez llevaba como firma: "Por una dama"). El inmediato éxito que obtuvo Orgullo y prejuicio (con varias reediciones a los pocos meses de su publicación) provocó que pronto se supiera quién estaba bajo aquel anonimato.
Doscientos años después de su publicación, Orgullo y prejuicio puede vanagloriarse de ser una de las novelas más vendidas de la historia. Y no sólo eso: también de figurar entre las obras maestras de la literatura universal. Quienes piensan que esta novela y su autora pertenecen a un peldaño menor en el escalafón demuestran una ignorancia pertinaz y un desconocimiento absoluto de la historia de la literatura y del Romanticismo. La culpa de ello es la visión edulcorada y nada acertada que, con el paso del tiempo, se ha vertido sobre Jane Austen y su obra. Jane Austen fue una adelantada a su época, una escritora realmente innovadora, y las protagonistas de sus novelas (como, por ejemplo, Elizabeth Bennet) auténticas mujeres independientes en un tiempo en el que eran completamente ninguneadas. Su crítica social no debería pasar inadvertida.








(La bibliotecaria pide disculpas a sus socios y corresponsales por el tiempo transcurrido desde que escribió el último post y confía en que sus lectores no hayan abandonado el carnet de la biblioteca).