En una pequeña ciudad del estado de Virginia, dos familias se resisten a abandonar el barrio antaño de clase alta en el que siempre han vivido, cercado ahora por las fábricas. La reciente Guerra de Secesión las ha despojado de sus recursos económicos y se han quedado allí "para contemplar la invasión de la fealdad". Los Birdsong y los Archbald intentan que su vida transcurra de la mejor manera posible en un paisaje sucio, pútrido e impregnado constantemente de un terrible hedor (que casi se palpa y respira durante la lectura de la novela). Jenny Blair Archbald es el hilo conductor de la historia. Casi desde la infancia, Jenny Blair está enamorada del marido de la enfermiza señora Birdsong, la dama más bella de Virginia. Esta relación, prohibida y soterrada, está admirablemente descrita, al igual que la ceguera con la que el resto de los protagonistas asisten al desarrollo de los acontecimientos.
Ellen Glasgow (1873-1945) retrata certeramente la sociedad finisecular americana, sus conflictos, sus tragedias, sus inquietudes con realismo e ironía. Perteneciente ella misma a la aristocracia sureña, no duda en arremeter contra su decadencia y los prejuicios religiosos y sociales que la atenazan. La señora Glasgow se dedicó en exclusiva a la literatura: publicó su primera novela a los 24 años, The Descendant (inédita en español). A ésta siguieron, a lo largo de su vida, otras veinte, varias recopilaciones de poesía, cuentos y ensayos, además de su autobiografía, que se publicó de manera póstuma. Ganó el Premio Pulitzer en 1942, con la novela En esta vida nuestra.
La vida resguardada (1932) sale a luz por primera vez en español al cuidado de Espasa Clásicos, que cuenta ya en su moderno catálogo con magníficas ediciones puestas al día de algunos textos imprescindibles de la literatura universal. Como es habitual, la edición y la traducción de la obra se han cuidado lo necesario para que la lectura se convierta en todo un "placer sureño".
No, ella no había querido enamorarse. Ni siquiera, se repetía con actitud desafiante, había querido nacer. Algo más grande que ella misma la había atrapado con sus garras y se la había llevado. Y a pesar de lo mucho que había luchado por escapar, todavía la acosaba la angustia. Lo había apartado de su mente durante días, se había esforzado por no pensar en él ni siquiera en la oscuridad de la noche, había abordado con fervor las diversiones más triviales. Y luego, sin previo aviso, como el halcón se precipita sobre su presa, volvieron a atraparla la incertidumbre, la tristeza, el deseo frustrado.
Glasgow, Ellen, La vida resguardada [The Sheltered Life], Espasa Calpe, Madrid, 2008. Prólogo de la autora, traducción de Amado Diéguez Rodríguez. Cartoné con sobrecubierta, 344 páginas.