domingo, 29 de julio de 2012

Veranos literarios (I): Venecia


"Venecia es en verdad la Venecia de los sueños", escribió Henry James el 21 de septiembre de 1869 en una carta a su amigo John LaFargue. Acababa de llegar a la ciudad y se hospedaba en el hotel Barbesi. Tenía veintiséis años. Cuarenta años después se marchó, dejando los salones del Palazzo Barbaro "más adorables que nunca". El hotel Barbesi se encontraba en San Samuele y tenía unas maravillosas vistas al Gran Canal. La luminosidad de Venecia, sus callejuelas, góndolas, campos, palazzos y canales hechizaron al joven James. En aquella época, la colonia de expatriados británicos y estadounidenses era muy numerosa. Habitaban señoriales palazzos y se dejaban llevar por el ritmo decadente de la ciudad. Henry James pronto cambió su alojamiento en el hotel por las maravillosas estancias del Palazzino Alvisi (frente a la iglesia de Santa Maria della Salute, propiedad de Katharine y Arthur Bronson) y más tarde por el Palazzo Barbaro, junto al Gran Canal, magníficamente restaurado por Daniel y Ariana Curtis y cuya presencia es palpable en toda la obra de James.
Se puede recorrer Venecia leyendo las maravillosas epístolas en las que Henry James alaba las bondades de esta ciudad, agrupadas en dos volúmenes exquisitamente editados por Abada: Horas venecianas y Cartas desde Venecia. En una misiva fechada en junio de 1887, el señor James envió a su editor el manuscrito final de Los papeles de Aspern, la mejor compañía libresca para deambular por Venecia. El protagonista de esta nouvelle es un joven crítico y editor que recala en la ciudad de los canales en busca de una de las musas de un poeta cuya obra admira, Jeffrey Aspern (trasunto de Shelley), con el convencimiento de que la dama todavía conserva cartas y letras inéditas de éste en el palazzo en el que vive.
Me gusta pensar que Venecia apenas ha cambiado desde los tiempos de Henry James. O desde que Goethe vio por primera vez el mar desde el Campanile. O desde que lord Byron demostraba sus proezas natatorias en el Gran Canal. O desde que Dickens disfrutó de un breve período veneciano durante su Grand Tour por Italia. O desde que el gran Robert Browning murió en esta ciudad en 1889, en el palazzo de su hijo, Ca' Rezzonico, a orillas del Gran Canal. (La inscripción de su fachada reza: "Open my heart and you will see graved inside it: Italy").
Me gusta pensar que Elizabeth Barrett Browning tal vez se inspirara durante sus paseos por las preciosas callecitas lindantes con Ca' Rezzonico para escribir sus maravillosos versos ("¿De qué modo te quiero? Déjame que lo cuente"). Me gusta imaginarla asomada a los balcones del palazzo con su cascada de rizos y "su sonrisa como un rayo de sol".
La sensación de que Venecia permanece inmutable al paso de los siglos se palpa en cada rincón de la ciudad. Afortunadamente, la marea humana que congestiona la Piazza San Marco desaparece en cuanto se traspasan las calles aledañas. Hay una Venecia escondida, recóndita. Hay una góndola llena de libros en el sestiere de Castello, en la calle Longa Santa Maria Formosa. Hay una papelería que se llama Il Papiro llena de preciosos papeles, exlibris, tarjetas y grabados. Hay ecos literarios en cada palazzo. Hay pop art firmado por Jeff Koons al borde del Gran Canal. Hay un artesano que sopla vidrio y lo convierte en lápices de cristal que vende al módico precio de 5 euros. Hay una librería que vende libros al peso. Hay... Hay...

Al fondo, Ca' Rezzonico

Exlibris de Il Papiro


8 comentarios:

  1. A mi de Venecia me gustan La ciudad de los ángeles caídos donde partiendo del incendio de la Fenice se cuenta la historia de muchos personajes de la ciudad y El puente de los suspiros de Richard Russo...

    ...por aportar algo.

    Un beso.

    ResponderEliminar
  2. ¡Moli! Muy buenas tus aportaciones, tomo nota de ellas.
    Feliz verano. Un beso.

    ResponderEliminar
  3. Me encantan estas entradas veraniegas tuyas, Belén. Acabo de apuntarme varios títulos. Si en septiembre voy al final a Londres, haré algo similar ;)

    Besos enormes,

    A.

    ResponderEliminar
  4. Ainize, querida, ¡gracias! Qué bien suena lo de Londres... ya me contarás.
    Un beso y feliz verano.

    ResponderEliminar
  5. Pues a quien le sepa a poco, puede continuar con las andanzas de Henry James por la Ciudad Eterna contadas en "Vacaciones en Roma" (Abada, 2012)

    ResponderEliminar
  6. Tomo nota, anónimo. Para dar un salto de Venecia a Roma. ¡Gracias!

    ResponderEliminar
  7. Buscaba buenos libros ambientados en Venecia y encontré tu blog.
    Los apunto todos. Gracias
    Besos

    ResponderEliminar
  8. ¡De nada, Marian! Un placer que te hayan servido.
    Abrazos.

    ResponderEliminar