jueves, 20 de octubre de 2011

Indignación bibliotecaria


El pasado 5 de febrero se celebró en Inglaterra la jornada Save Our Libraries Day (Salvemos nuestras bibliotecas). La protesta fue motivada por el cierre de bibliotecas que el gobierno británico está llevando a cabo. Esta jornada nacional se coordinó principalmente a través de las redes sociales y respondió al clamor popular. Una señalada nómina de músicos, escritores y artistas se sumaron a esta protesta. Mark Haddon (autor de El curioso incidente del perro a medianoche) fue uno de los personajes que más activamente se implicó y señaló con indignación que los políticos «están destruyendo nuestras bibliotecas para salvar las primas de los banqueros». Apenas un mes antes, en la tranquila población de Stony Stratford, en el noroeste de Londres, sus habitantes iniciaron una revolución (pacífica, eso sí) para salvar la biblioteca pública del pueblo. Tan combativos lectores sacaron de la biblioteca sus 16.000 volúmenes para demostrar que la institución es un bien de utilidad pública y presionar para evitar su cierre por parte de las autoridades municipales.

Lectores de Stony Stratford cargados de libros (fot. The Guardian)
El programa de recorte público que el gobierno británico está llevando a cabo afecta directamente a las finanzas municipales y miles de bibliotecas públicas (el 20%, unas cuatrocientas) corren el riego de cerrarse para ahorrar gastos a las arcas estatales. La excusa que esgrimen los partidarios de cerrarlas es que cada vez hay menos gente que recurre a ellas.
Esta semana, desafortunadamente, el cierre de las bibliotecas ha vuelto a la primera página de la prensa inglesa. En el municipio de Brent, al noroeste de Londres, la política de recorte de gastos tiene previsto cerrar seis de sus doce bibliotecas. Una de ellas es Kensal Rise, inaugurada por el escritor Mark Twain en 1900 (depositó en ella cinco ejemplares de sus obras). Este cierre, especialmente, ha soliviantado a la población, pues el Tribunal Supremo ha rechazado un recurso contra su clausura. Escritores como Alan Bennett o Zadie Smith habían firmado el recurso que los vecinos habían llevado a los tribunales. Como consecuencia de este fallo (nunca mejor dicho) del tribunal, los habitantes de Brent están haciendo vigilias continuas en el exterior de Kensal Rise para protestar por esta decisión. Se teme además que esta sentencia del Supremo siente precedente en otros casos similares y permita que se puedan clausurar cientos de bibliotecas.

Vigilia en el exterior de la biblioteca Kensal Rise (fot. The Guardian)
En España, seguramente, la crisis también se habrá llevado por delante alguna que otra biblioteca (aunque no parecen haberse difundido muchos datos sobre este tema). En cualquier caso, si esto ha sucedido, no ha habido ninguna manifestación ni protesta alguna por ello (o, al menos, los medios de comunicación no se han hecho eco). Si sucediera lo mismo que en Inglaterra, ¿se reaccionaría de la misma manera?
Nota: la Biblioteca de Redfield Hall es enteramente de capital privado, por lo que no está sometida a vaivenes y servidumbres de ningún tipo.

Protesta en Brent (fot. Abc)

3 comentarios:

  1. No sólo la situación pinta mal para la bibliotecas, sino que incluso hay voces autorizadas (un bibliotecario, nada menos) que apoyan esos cierres. Me hago cruces. Léelo y verás:
    http://www.telegraph.co.uk/culture/books/8838633/Liberal-whingers-are-wrong-we-should-shut-our-libraries.html

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  2. La forma que tiene los políticos de elaborar su ¿pensamiento? no deja de sorprenderme nunca. A veces hasta me sorprendo divertido tratando de seguir su retorcido hilo. Vamos a ver, entonces la historia es que como la gente no va a las bibliotecas... la solución no es fomentar que vayan, explicarles lo que podrían ganar y disfrutar haciéndolo, como podrían desarrollarse, hacer programas en las escuelas para fomentarlo. No. La solución es cerrar las bibliotecas. Pues bueno, sigan ustedes con las iglesias, que cada vez tiene menos fieles, los videoclubs ya mismo no visita ni el tato, los pequeños comercios devorados por los bazares orientales... Cerremoslo todo. Menos los bancos, que cada vez va más gente por allí, aunque sea solo a rendir cuentas.

    La verdad, lo que más me sorprende de todo es que esto ocurra tan a lo bestia en Gran Bretaña. Si fuera aquí en nuestro país, en Italia, Portugal... me sorprendería menos.

    Y lo del bibliotecario que pone Elena ya es... (perdón, no me puedo contener, no me lo tomeis a mal) "pa cagarse".

    Madre mía que transformación estamos viviendo/sufriendo/pasando.

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  3. La bibliotecaria de Redfield Hall23 de octubre de 2011, 10:51

    Elena, me he quedado estupefacta leyendo lo que dice este bibliotecario inglés. (Óscar, perdonado por la expresión, no es para menos).
    El caso es que al día siguiente de escribir el post salió en El País una noticia relacionada con "ajustes presupuestarios" en las bibliotecas de la Comunidad de Madrid, en las que se han anulado de un plumazo actividades como talleres, clubes de lectura y cuentacuentos. En este enlace podéis leerlo: http://www.elpais.com/articulo/madrid/Comunidad/cancela/improviso/actividades/bibliotecas/elpepiespmad/20111020elpmad_13/Tes
    La noticia casi está de tapadillo y, que yo sepa, no ha salido en ningún otro periódico (al menos, yo no la he visto).
    Abrazos.

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