El editor José J. de Olañeta, afincado en Palma de Mallorca y cuya producción editorial sigue siendo casi artesanal, ofrece en su colección Centellas pequeños libros ideales para una lectura breve, en viajes cortos o en mínimos tiempos «muertos». El volumen número nueve de esta colección reúne un par de ensayos de dos magníficos escritores británicos: Ir de viaje, de William Hazlitt (1773-1830) y Excursiones a pie, de Robert L. Stevenson (1850-1894). Ambos ensayos exponen opiniones diversas sobre el hecho de viajar, pasear, caminar y senderear, con sus gustos y preferencias en semejantes entretenimientos, y todo ello aderezado con recuerdos personales y disquisiciones literarias. Stevenson cita en su ensayo el escrito de Hazlitt y lo recomienda vivamente, además de comentarlo. Los dos ensayos conforman una deliciosa y sugerente lectura.
Ir de viaje se publicó originalmente en 1821 en The New Monthly Magazine y posteriormente en el volumen Table Talk (1821-1822). Se trata de un ejemplo excelente del estilo sencillo y directo de Hazlitt, en este caso trufado de referencias personales y literarias. Excursiones a pie apareció por vez primera en 1876, en el Cornhill Magazine, y después, en 1881, formó parte del volumen Virginibus Puerisque (1881), un libro de ensayos morales y literarios.
Ir de viaje se publicó originalmente en 1821 en The New Monthly Magazine y posteriormente en el volumen Table Talk (1821-1822). Se trata de un ejemplo excelente del estilo sencillo y directo de Hazlitt, en este caso trufado de referencias personales y literarias. Excursiones a pie apareció por vez primera en 1876, en el Cornhill Magazine, y después, en 1881, formó parte del volumen Virginibus Puerisque (1881), un libro de ensayos morales y literarios.
Hay que dar las gracias a Olañeta por haber tenido la idea de reunir en un solo libro estas dos mínimas joyas de la literatura inglesa, que harán las delicias del distraído viajero y conseguirán que los miembros de la taciturna secta de los caminantes esbocen una sonrisa de complicidad ante las ocurrencias de Hazlitt y Stevenson.
Una de las cosas más agradables del mundo es ir de viaje. Pero me gusta ir solo. Puedo disfrutar del trato con los demás en una habitación; pero al aire libre la naturaleza es compañía suficiente para mí. En él nunca estoy menos solo que cuando estoy solo. «Los campos eran su estudio, la naturaleza era su libro». No le puedo ver la gracia a caminar y hablar al mismo tiempo. (William Hazlitt).
Ahora bien, para disfrutarla como es debido, una excursión a pie hay que realizarla en solitario. Si uno va en grupo, o incluso con un compañero, ya no es una excursión a pie más que de nombre; es otra cosa, más por el estilo de un picnic. Una excursión a pie debe emprenderse en solitario porque su esencia es la libertad; porque uno debe poder detenerse y continuar, seguir un camino u otro a su antojo; y porque uno debe poder ir a su propio ritmo... (Robert L. Stevenson).
Hazlitt, William y Stevenson, Robert L., Ir de viaje. Excursiones a pie [On Going A Journey. Walking Tours], José J. de Olañeta, Palma de Mallorca, 2010. Traducción de Esteve Serra. Rústica, 80 páginas.
Me alegro mucho de que alguien haya publicado en España este pequeño y delicioso volumen, yo lo tenía en una edición mexicana (hablé de él en un post de hace meses "Lectores y caminantes" http://notasparalectorescuriosos.blogspot.com/2010/06/lectores-y-caminantes.html), que lamentablemente dejé y en consecuencia perdí. Como Stevenson y Hazlitt, formo parte de ese nutrido grupo de bibliómanos aficionados a caminar, por lo que textos como estos son muy bienvenidos.
ResponderEliminarFelicidades una vez más por tu siempre interesantísimo noticiario. Apunto para mi próximo viaje a Madrid una visita a "Tipos infames".
No he leído a Hazlitt pero Stevenson es uno de los grandes y sus ensayos consiguen ser líricos y lúcidos al mismo tiempo. Una delicia. Gracias por el apunte.
ResponderEliminarUn saludo
La mejor frase del libro, o una de las mejores, está en la pág. 33, y hace referencia a un detalle que conocen bien todos los caminantes y en el que se sentirán reconocidos: "Admito que hay un tema sobre el que es agradable hablar durante una excursión: el tema de qué tendremos para cenar cuando lleguemos a nuestra posada por la noche".
ResponderEliminarMr. Biscuit.