lunes, 18 de octubre de 2010

El arte de aceptar una novela


El americano Patrick Dennis (1921-1976), seudónimo de Edward Everett Tanner III, escribió La tía Mame en los años cincuenta del pasado siglo. Envió el manuscrito a diecinueve editoriales, y diecinueve veces fue rechazado. Afortunadamente, hubo una vigésima vez y la editorial Vanguard Press aceptó la novela, publicándola en 1955. Vendió más de dos millones de ejemplares en Estados Unidos y se mantuvo en las listas de los diez libros más vendidos del New York Times durante ciento doce semanas. Un año después, en 1956, logró colocar en esta misma lista otros dos títulos más, firmados con diferentes seudónimos.
En España ha sido la editorial Acantilado quien se ha hecho cargo de la publicación de esta novela (desconocemos si por estos lares ha rodado por tantas mesas como lo hizo en su época) y ha mantenido la llamativa imagen de cubierta de la edición que Broadway Books sacó en el año 2001, obra de Edwin Fotheringham.
Esta novela relata la historia de un niño de diez años que se queda huérfano en los años veinte en Estados Unidos. Su padre deja dispuesto, en un testamento un tanto peculiar, que el pequeño Patrick se quede a cargo de su hermana, la tía Mame, aun afirmando que «quedar en sus manos es un destino que no le deseo ni a un perro, aunque no siempre podemos elegir y la tía Mame es mi único pariente vivo». Patrick pasará los siguientes treinta años con la tía Mame, una soltera excéntrica, divertida, elegante, caprichosa, irreverente y encantadora. Junto a ella, vivirá todo tipo de estrámboticas situaciones y su vida se convertirá en un caos repleto de aventuras, fiestas, golpes de fortuna, amores y desamores.
Como dice la publicidad de Acantilado sobre esta deliciosa e irreverente novela: «Seguirá riendo mucho después de haber cerrado el libro».

Al pensar en lo alocada y deslumbrante que era mi tía Mame en 1929, veo que debió de asustarse de tener que criar a un niño de diez años totalmente desconocido tanto como yo al entrar por primera vez, temeroso y boquiabierto, en el esplendor oriental de su apartamento de Beekman Place. Pero mi tía Mame no era de las que se rinden fácilmente. Mi tía tenía el espíritu animoso de una exploradora de garitos clandestinos. Y, aunque sus ideas sobre la educación infantil tal vez pudieran considerarse un poco heterodoxas —igual, todo sea dicho, que sus ideas sobre cualquier otra cosa—, el sistema exclusivo de mi tía Mame funcionó bastante bien a su despreocupada manera.

Dennis, Patrick, La tía Mame [Auntie Mame], Acantilado, Barcelona, 2010. Traducción de Miguel Temprano García. Rústica, 352 páginas.

5 comentarios:

  1. Gracias por lo de Ted Hughes, muy interesante. He visto también la respuesta a la publicación de su poema por parte de una amiga que los conoció a ambos. Por si fuera poco, tu comentario sobre los rechazos me ha dado una idea para mi entrada de hoy :)

    ResponderEliminar
  2. ¡Oh, Elena, qué bien conocer a alguien que a su vez haya conocido a Ted Hughes y a Sylvia Plath! He leído tu post, es estupendo.
    Urzay, sí: apúntatela, es una novela genial.

    ResponderEliminar
  3. ¡Ya es mía! Por cierto, en la edición catalana han respetado la misma portada.

    La biblioteca me ha fascinado, tengo que seguir viniendo por aquí.

    ResponderEliminar
  4. Gracias por tus palabras, Little Emily. Ayer leí en El País que cada semana surgen un millón y medio de blogs nuevos, así que estoy encantada de que te guste esta biblioteca y de que quieras seguir frecuentándola.
    Abrazos bibliotecarios.

    ResponderEliminar