domingo, 27 de junio de 2010

¡Rodarán cabezas!


Washington Irving (1783-1859) publicó por primera vez La leyenda de Sleepy Hollow en un libro titulado The Sketch Book, firmado por Geoffrey Crayon, uno de sus variados seudónimos (otros fueron Jonathan Oldstyle y Diedrich Knickerbocker). Este compendio agrupaba treinta y cuatro ensayos y relatos cortos que se habían publicado con anterioridad en diferentes periódicos entre 1819 y 1820. El volumen tuvo muchísimo éxito, precisamente gracias a este relato y a otro que se hizo igualmente célebre: Rip van Winkle.
La leyenda de Sleepy Hollow narra la historia de Ichabod Crane, el maestro de una pequeña población portuaria llamada Greensburgh. (Las mujeres del pueblo le cambiaron el nombre y la llamaron Tarrytown por la tendencia de sus maridos a demorarse en la taberna los días de mercado). Ichabod está enamorado de la bellísima joven Katrina van Tassel, la única hija de un adinerado terraniente holandés, pero no es el único, cuenta con un formidable rival: Brom Bones, un mozo fornido, bullanguero y jovial. Un día, el señor Van Tassel invita a Ichabod a una gran fiesta en sus propiedades y el maestro ve su oportunidad para cortejar a la hermosa Katrina. Sin embargo, Ichabod no contaba con toparse con el espectro del Jinete Sin Cabeza, que vaga por los bosques de la Región del Sopor...
Tim Burton llevó a la pantalla grande esta leyenda del folclore americano en 1999. Se inspiró para ello en las ilustraciones que Arthur Rackham (1867-1939) dibujó para una de las ediciones de Sleepy Hollow. La especialísima edición de Alba incluye esas ilustraciones, muchas de ellas a todo color, y en papel cuché.

El maestro suele ser un personaje de cierta importancia en la comunidad femenina del mundo rural, pues se le tiene por una especie de ocioso caballero, de gustos y talante vastamente superiores a los de los toscos mozos, a quien sólo el párroco aventaja en sabiduría. Por tanto, no es raro que su aparición cause cierto revuelo en la mesa de la merienda de las granjas, provoque la llegada de un plato especial con pasteles o dulces y, acaso, la exhibición de una tetera de plata. Por consiguiente, nuestro hombre de letras se deleitaba especialmente con las sonrisas de todas las damitas de la comarca.

Irving, Washington, La leyenda de Sleepy Hollow [The Legend of Sleepy Hollow], Alba, Barcelona, 2010. Ilustraciones de Arthur Rackham. Traducción de Guillermo Lorenzo. Cartoné, 96 páginas.

domingo, 20 de junio de 2010

Espíritus bibliotecarios


La palabra 'fantasma' en castellano puede significar tanto una «visión quimérica como la que se da en los sueños o en las figuraciones de la imaginación» como «la imagen de una persona muerta que, según algunos, se aparece a los vivos», entre otras definiciones que ofrece el Diccionario de la Lengua Española. En francés, de acuerdo con la entrada del Larousse, 'fantôme' significa también «el papel o cartón que se pone en el lugar de un libro retirado de un estante de biblioteca, de un documento que ha sido prestado». El libro Bibliotecas llenas de fantasmas, de Jacques Bonnet, editado por Anagrama, abunda en fantasmas de todo tipo y condición, siempre que habiten en los anaqueles de una biblioteca. Se podría decir que este exquisito opúsculo es un verdadero tratado del arte de vivir con muchos libros. El autor repasa la «existencia» de sus libros, cómo se comportan, cómo se ordenan, cómo convive con ellos o cómo cohabitan los títulos entre sí, sin dejar de lado el análisis de bibliotecas célebres, como la de Alejandría, por ejemplo.
La obra está estructurada en nueve capítulos que comienzan con una cita célebre sobre libros (ahí aparecen desde Borges a Trollope, pasando por Juliano, Diógenes o Séneca). Cada capítulo aborda diferentes cuestiones que se puede plantear un bibliómano relacionadas con la lectura, la pasión por coleccionar libros y las bibliotecas («¿teme usted que el derrumbamiento de su biblioteca lo aplaste mientras duerme?, ¿se puede poner en la misma estantería a dos autores irremediablemente reñidos en vida?»).

«¿Los ha leído todos?». No, por supuesto que no. O tal vez sí. En realidad, no lo sé. Es complicado. Hay libros que he leído y olvidado (muchos) y algunos a los que sólo he echado un vistazo rápido y de los que me acuerdo. Así pues, no todos han sido leídos pero sí hojeados, gulusmeados, sopesados. Luego el volumen puede seguir tres caminos distintos: puede ser leído inmediatamente o a corto plazo; más adelante (eso puede querer decir semanas, meses, años más tarde si las circunstancias son especialmente desfavorables y el flujo demasiado importante; a eso se llama «pilas de libros por leer»); o directamente guardado en su lugar en la estantería. [...] Un día servirán, no sé cuándo, no sé para qué, pero no están allí por casualidad.

Bonnet, Jacques, Bibliotecas llenas de fantasmas [Des bibliothèques pleines de fantômes], Anagrama, Barcelona, 2010. Traducción de David Stacey. Rústica, 144 páginas.

viernes, 11 de junio de 2010

Y en el principio, fue Coleridge


El nombre de Samuel Taylor Coleridge (1772-1834) está indisolublemente asociado a las Lyrical Ballads que publicó en 1798 junto a William Wordsworth (1770-1850). El Romanticismo y toda la literatura inglesa del siglo XIX le deben el reconocimiento de haber trazado las líneas maestras de una nueva sensibilidad.
Coleridge se crio en el seno de la Iglesia y la escuela anglicanas; a menudo se cita la anécdota romántica que refiere su huida del hogar paterno cuando tenía ocho años y que siempre consideró una hazaña, a la cual atribuía sus dolencias de adulto. Tras ingresar en el Jesus College de Cambridge, las deudas y el amor lo conducen a otros excesos románticos. A partir de su amistad con el poeta Robert Southey comienza a establecer relaciones que contribuirán a formar su decidido espíritu filosófico y poético. En 1797 comienza a pergeñar el contenido de las Baladas líricas y ese mismo año redacta la Balada del viejo marinero, que constituye una referencia ineludible en la poesía romántica europea.
La Biographia Literaria se pensó inicialmente como una serie de ensayos que respondieran a las críticas que habían recibido los textos de Coleridge. El poeta y filósofo no estaba seguro de que sus coetáneos hubieran comprendido exactamente la sustancia de sus escritos. Sin embargo, al comenzar el trabajo, Coleridge sigue un plan preciso, que consiste en explicar su obra, su filosofía y su estética a partir de determinados episodios vitales. Así, va configurando una verdadera enciclopedia del primer Romanticismo inglés, fundamental para comprender este movimiento cultural y demuestra que dicha revolución estaba más fundamentada en la teoría clásica de lo que muchos críticos imaginaban.

En el colegio contaba con la inestimable ventaja de tener un maestro muy juicioso, aunque al mismo tiempo muy severo. [...]. De él aprendí que la poesía, incluso la de las odas más elevadas y las menos pulidas, poseía una lógica propia, tan rigurosa como la de la ciencia, y más difícil que ésta, por más sutil, más compleja y dependiente de más diversas y huidizas causas. En los poetas verdaderamente grandes, decía, se puede atribuir una razón no sólo a cada palabra, sino a la posición de cada palabra.

Coleridge, Samuel Taylor, Biographia Literaria, Pre-Textos, Valencia, 2010. Traducción, prólogo y notas de Gabriel Insausti. Cartoné con sobrecubierta, 736 páginas.

viernes, 4 de junio de 2010

Para alcanzar el nirvana


Seix Barral ha publicado en su colección Biblioteca Formentor uno de los éxitos literarios de la temporada: Maldito karma, del autor alemán David Safier (Bremen, 1966). Se trata de una novela ligera, sin excesivas pretensiones, con cierto fondo irónico y francamente entretenida.
Kim Lange es una famosa presentadora de televisión, cuya vida familiar no goza de tanto éxito como su carrera profesional. Su marido y su pequeña hija no significan apenas nada para ella en comparación con las promesas de triunfo y popularidad de su trabajo. En el mejor momento de su trayectoria, cuando está a punto de recibir un célebre premio, Kim sufre un sorprendente y fatal accidente: un lavabo desechado de una estación espacial rusa se abate sobre ella y acaba con su vida. En este punto, que no es sino el principio de la novela, comienza el largo y penoso peregrinaje de Kim por las sucesivas vidas que precisa para su regeneración moral y para alcanzar el nirvana. El lector acompaña a «Madame Kim» en su periplo para «acumular buen karma» y conocerá a los sucesivos personajes a través de los cuales irá perfeccionando su alma.
David Safier es guionista para varias series de televisión y ha obtenido distintos premios, entre ellos un Emmy en Estados Unidos por Berlín, Berlín. Maldito karma es su primera novela y la editorial Seix Barral publicará también su siguiente obra, titulada Jesús me quiere.

El día de mi muerte no tuvo ninguna gracia. Y no sólo porque me muriera. Para ser exactos, eso ocupó como mucho el puesto número seis de los peores momentos del día. En el puesto número cinco se situó el instante en que Lilly me miró con ojos de sueño y me preguntó:
—¿Por qué no te quedas en casa, mamá? ¡Hoy es mi cumpleaños!
Al oír la pregunta, me vino a la cabeza la respuesta siguiente: «Si hace cinco años hubiera sabido que tu cumpleaños y la entrega de los Premios TV coincidirían un día, habría procurado que nacieras antes. ¡Con cesárea!».

Safier, David, Maldito karma [Mieses Karma], Seix Barral, Barcelona, 2009. Traducción de Lidia Álvarez Grifoll. Rústica, 320 páginas.