La colección Breves Reencuentros de la editorial Navona tiene como fin devolver a la actualidad obras de autores importantes que se hallan perdidas en el tiempo o que son poco conocidas. Compañeros de viaje, de Henry James (Nueva York, 1843-Londres, 1916), se inscribe en esta colección y se trata de la primera vez que esta obra se publica en España. Mezcla de novela y crónica de viajes, pertenece a la primera época del autor, que contaba con apenas veintisiete años cuando la escribió. El narrador y protagonista de este relato es el señor Brooke, un caballero adinerado que viaja por turismo a Italia. En Milán se encontrará con un compatriota, el señor Evans, que está recorriendo la península itálica en compañía de su hija, Charlotte, una encantadora y deliciosa joven. Durante el viaje, los dos caballeros se enfrascan en variadas reflexiones acerca del arte ante la contemplación de los magníficos museos y monumentos italianos, sin olvidar su hermoso paisaje y admirar la forma de vida de sus ciudadanos. Italia se convierte en una «fascinante novela» en sí misma. Pero el señor Brooke no sólo cae rendido ante la belleza del país, sino también ante Charlotte. En Venecia declara sus sentimientos a la joven, pero ésta prefiere reservarse los suyos. Dos sucesos cambiarán el curso de los acontecimientos: una oferta al señor Brooke de un Caravaggio y un tren perdido en Padua. El lector deberá llegar hasta Roma para que se desvele el final de esta historia.
Henry James es un filón editorial de primera magnitud y aparentemente inagotable. La editorial Navona ha publicado también, en este año 2010, además de Compañeros de viaje, la novela Historia de una obra maestra. Y otras muchas editoriales publican con regularidad obras del escritor. Señalamos aquí algunas de las recién llegadas (la Biblioteca de Redfield Hall hará cumplidamente su reseña): De París a los Pirineos (Abada), Eugene Pickering (Contraseña), El fondo Coxon (Ático de los Libros), La protesta (El Olivo Azul) y Washington Square (Alba).
La joven dama se levantó lentamente, poniéndose uno de sus guantes. Sus ojos descansaban en el fresco, por lo que yo podía observarla libremente. Era sin duda americana. Calculé que su edad debía de rondar los veintidós años. De estatura mediana, tenía una figura deliciosamente esbelta. Su pelo era castaño, su tez fresca y clara. Llevaba un vestido blanco de piqué y un chal de encaje negro. Sobre sus gruesas trenzas oscuras lucía un sombrero con una pluma de color púrpura. Destacaba por esa delicadeza física y esa elegancia personal (cualidades que algunas veces resultan excesivas) que normalmente delatan a mis jóvenes compatriotas en Europa.
James, Henry, Compañeros de viaje [Travelling Companions], Navona, Barcelona, 2010. Prólogo de Jorge Ordaz. Traducción de Pilar Lafuente. Rústica, 110 páginas.