domingo, 26 de septiembre de 2010

Grand Tour por Italia

La colección Breves Reencuentros de la editorial Navona tiene como fin devolver a la actualidad obras de autores importantes que se hallan perdidas en el tiempo o que son poco conocidas. Compañeros de viaje, de Henry James (Nueva York, 1843-Londres, 1916), se inscribe en esta colección y se trata de la primera vez que esta obra se publica en España. Mezcla de novela y crónica de viajes, pertenece a la primera época del autor, que contaba con apenas veintisiete años cuando la escribió. El narrador y protagonista de este relato es el señor Brooke, un caballero adinerado que viaja por turismo a Italia. En Milán se encontrará con un compatriota, el señor Evans, que está recorriendo la península itálica en compañía de su hija, Charlotte, una encantadora y deliciosa joven. Durante el viaje, los dos caballeros se enfrascan en variadas reflexiones acerca del arte ante la contemplación de los magníficos museos y monumentos italianos, sin olvidar su hermoso paisaje y admirar la forma de vida de sus ciudadanos. Italia se convierte en una «fascinante novela» en sí misma. Pero el señor Brooke no sólo cae rendido ante la belleza del país, sino también ante Charlotte. En Venecia declara sus sentimientos a la joven, pero ésta prefiere reservarse los suyos. Dos sucesos cambiarán el curso de los acontecimientos: una oferta al señor Brooke de un Caravaggio y un tren perdido en Padua. El lector deberá llegar hasta Roma para que se desvele el final de esta historia.
Henry James es un filón editorial de primera magnitud y aparentemente inagotable. La editorial Navona ha publicado también, en este año 2010, además de Compañeros de viaje, la novela Historia de una obra maestra. Y otras muchas editoriales publican con regularidad obras del escritor. Señalamos aquí algunas de las recién llegadas (la Biblioteca de Redfield Hall hará cumplidamente su reseña): De París a los Pirineos (Abada), Eugene Pickering (Contraseña), El fondo Coxon (Ático de los Libros), La protesta (El Olivo Azul) y Washington Square (Alba).

La joven dama se levantó lentamente, poniéndose uno de sus guantes. Sus ojos descansaban en el fresco, por lo que yo podía observarla libremente. Era sin duda americana. Calculé que su edad debía de rondar los veintidós años. De estatura mediana, tenía una figura deliciosamente esbelta. Su pelo era castaño, su tez fresca y clara. Llevaba un vestido blanco de piqué y un chal de encaje negro. Sobre sus gruesas trenzas oscuras lucía un sombrero con una pluma de color púrpura. Destacaba por esa delicadeza física y esa elegancia personal (cualidades que algunas veces resultan excesivas) que normalmente delatan a mis jóvenes compatriotas en Europa.

James, Henry, Compañeros de viaje [Travelling Companions], Navona, Barcelona, 2010. Prólogo de Jorge Ordaz. Traducción de Pilar Lafuente. Rústica, 110 páginas.

domingo, 19 de septiembre de 2010

«Dinero, dinero y más dinero»


La editorial Periférica abandona en algunos de sus libros sus características e inconfundibles tapas amarillas por un moderno diseño en rojo que seguro que llama la atención de sus fieles lectores. En el título del que nos ocupamos hoy, El complejo de dinero, de Franziska von Reventlow, destaca la imagen de portada: un grupo de personas, a todas luces de la alta sociedad, en la cubierta de un barco.
El complejo de dinero, publicada en 1916, es un epistolario que una dama escribe durante su estancia en un singular hospital psiquiátrico a una amiga, a fin de que sepa por qué ha desaparecido sin dejar rastro. La autora de las cartas, una joven de clase alta, alocada y casada por conveniencia, decide internarse por voluntad propia en el sanatorio para escapar de sus acreedores y para curarse de su «complejo de dinero» mientras espera una herencia que no llega. La convivencia con sus compañeros —un peculiar e interesante grupo de pacientes— y los esfuerzos de un médico para curarles mediante el psicoanálisis freudiano propician todo tipo de disparatadas anécdotas para las cartas de la joven, que describen irónica y mordazmente la relación que todos ellos mantienen con el vil metal.
La propia vida de la autora de esta obra, Franziska von Reventlow (1871-1918), podría servir de argumento para una novela (varias de sus vivencias aparecen relatadas en El complejo de dinero). Nacida en Alemania, de padres aristócratas prusianos, fue muy rebelde desde su infancia y pronto se alejó de su familia, parte de la cual militó en el partido nazi. En 1893 se instaló en Múnich. Trabajaba como traductora y escribía artículos satíricos para varios periódicos. Allí, se codeó con la bohemia de la ciudad, participó en el movimiento feminista, tuvo varios amantes, se casó, tuvo un hijo, se divorció de su marido y volvió a tener amantes. Entre sus amigos estaban Theodor Lessing y Rainer Maria Rilke, que le ayudaron a publicar sus novelas. Después de viajar por toda Europa, se trasladó a vivir a Suiza en 1910 y se casó por conveniencia con el barón Alexander von Rechenberg-Linten. Un desafortunado accidente de bicicleta acabó con su vida a los cuarenta y siete años.

Un sanatorio... Veo cómo tú y todos los demás movéis la cabeza incomprensivamente. Lo cierto es que no estoy mal de los nervios, ni siquiera padezco un especial nerviosismo, lo único que me pasa es que tengo el llamado «complejo de dinero». Espero, por el amor de Dios, que sepas lo que es un «complejo» en el sentido patológico de la palabra. Viene a ser algo así como un conjunto de sentimientos, impulsos y cosas por el estilo que se reprimen o no se exteriorizan, y que, si no me equivoco, se agolpan en el subconsciente y causan afecciones anímicas.

Von Reventlow, Franziska, El complejo de dinero [Der Geldkomplex], Periférica, Cáceres, 2010. Traducción de Richard Gross. Rústica, 174 páginas.

lunes, 6 de septiembre de 2010

El aristócrata americano


La Biblioteca de Redfield Hall abre de nuevo sus puertas después de un largo veraneo y justo cuando se cumple un año de su apertura, dado que inició su andadura en septiembre de 2009. Antes de reseñar el libro de esta semana, la bibliotecaria desea agradecer la fiel lectura que le dedican sus socios y corresponsales, y espera que hayan pasado un excelente verano.
De nuevo (como en las últimas entradas) nos aguarda en las estanterías una estupenda novela de Libros del Asteroide: La educación de Oscar Fairfax, del autor estadounidense Louis Auchincloss (Lawrence, Nueva York, 1917-2010), un digno heredero de la prosa de Henry James o Edith Wharton. Esta deliciosa obra se presenta como una suerte de memorias ficticias y en ella se relata la vida de Oscar Fairfax, nacido a principios del siglo XX, desde sus tiempos de estudiante, en St. Augustine, Yale, Washington, París y Nueva York, hasta su madurez, cuando ejerce de abogado en el bufete de su padre. El relato de su vida, trufado de anécdotas variadas y pintorescas de sus relaciones, tanto personales como profesionales, es también el relato de la alta sociedad neoyorquina, con sus grandezas y sus miserias. Y Oscar Fairfax acaba llegando a la conclusión de que la educación es la característica fundamental de su existencia y que, en ocasiones, resulta difícil encajar en determinadas circunstancias y situaciones.
Louis Auchincloss perteneció a una de las familias más importantes de Estados Unidos, descendiente de los primeros nobles británicos que arribaron a las colonias americanas. Estudió en los colegios y universidades más prestigiosos del país y ejerció la abogacía en un bufete de Nueva York, combinando siempre esta profesión con la escritura. Es autor de treinta novelas, de veinte libros de relatos y de varios volúmenes dedicados a la biografía, la historia y la crítica literaria. En los años sesenta y setenta, varias editoriales españolas publicaron sus obras, pero en la actualidad son inencontrables. Gracias a Libros del Asteroide podemos disfrutar de esta magnífica novela, a la espera de que a finales de otoño esta editorial saque a la luz la que se considera la obra más importante de Louis Auchincloss, que esperamos con ansiedad.

La mente me bullía con incesantes análisis. ¿Por qué los retratos de mujeres realizados por Sargent eran mucho más delicados que los de los hombres? ¿Las ricas sedas y satenes de sus batines, el brillo de sus perlas, el esplendor de sus diamantes, los brillantes colores de sus armoires y bergères y el resplandor de sus porcelanas no intentaban disfrazar lo insípido de sus semblantes aristocráticos y elegantes? ¿Qué sería de los personajes más hábilmente dibujados por Henry James en su última etapa —Strether y Maggie Verver y Milly Theale— sin la gloria de París en primavera, o la elegancia de Londres en cada estación, o el drama de Venecia en otoño? ¿Y no había sido Edith Wharton pionera de la decoración interior antes de que iluminase sus novelas con tan maravillosas moradas para sus personajes?

Auchincloss, Louis, La educación de Oscar Fairfax [The education of Oscar Fairfax], Libros del Asteroide, Barcelona, 2008. Traducción de Pilar Mañas Lahoz. Rústica, 256 páginas.