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durante la Semana Santa
Barbara Pym nació en Oswestry, Shropshire, en 1913. Estudió en Liverpool y en Oxford, y durante la Segunda Guerra Mundial prestó servicio en el Women's Naval Royal Service. Cuando terminó la contienda, empezó a trabajar en el International African Institute de Londres. Escribió su primera novela a los dieciséis años (Young Men in Fancy Dress), pero no publicó ninguna obra hasta 1950. En 1953 salió a la luz Jane y Prudence, que inmediatamente alcanzó un gran éxito. Sin embargo, y a pesar de que sus tres novelas siguientes también contaron con el aprecio de la crítica y del público, entre 1963 y 1977 no encontró editor para sus obras. En 1977, el Times Literary Suplement publicó una encuesta sobre los mejores escritores de la época y dos eminentes críticos, lord David Cecil y Philip Larkin, la eligieron a ella. Esta circunstancia supuso que se reconociera su talento y de nuevo comenzó a publicar, incluso fue candidata al Premio Booker. Se retiró poco después a un pueblo de Oxfordshire, donde falleció en 1980. La casa en la que residió, Barn Cottage, es hoy el hogar de la Barbara Pym Society.
Ya se ha comentado en esta crónica libresca el especial cuidado que dispensa la editorial Impedimenta a todos sus libros. Las sobrecubiertas y las cubiertas de sus trabajos siempre llaman la atención y, en cierto modo, son "marca de la casa". En La hija de Robert Poste se ha elegido una imagen realmente espectacular: una "parravirgen" (un detalle muy significativo en el desarrollo de la novela), tomada de una lámina botánica editada en 1839 en Eklingen, Alemania.
En este año 2010 se celebra el centenario de la muerte de Lev Nikoláyevich Tolstói (1828-1910). La editorial Alba ha sido la primera en inaugurar el llamado "año Tolstói" con la publicación de Anna Karénina, en una magnífica nueva traducción (a todas luces ya necesaria) de Víctor Gallego, responsable también de la ilustrativa introducción. Como no podía ser de otra manera, la imagen de un tren da la bienvenida al lector en este volumen: un tren impresionista, cuyas bocanadas de humo, matizadas en azules y grises, parecen hacer vibrar el vapor en la distancia. Se trata de un detalle de Gare Saint-Lazare (1877) de Claude Monet.