En este año 2010 se celebra el centenario de la muerte de Lev Nikoláyevich Tolstói (1828-1910). La editorial Alba ha sido la primera en inaugurar el llamado "año Tolstói" con la publicación de
Anna Karénina, en una magnífica nueva traducción (a todas luces ya necesaria) de Víctor Gallego, responsable también de la ilustrativa introducción. Como no podía ser de otra manera, la imagen de un tren da la bienvenida al lector en este volumen: un tren impresionista, cuyas bocanadas de humo, matizadas en azules y grises, parecen hacer vibrar el vapor en la distancia. Se trata de un detalle de
Gare Saint-Lazare (1877) de Claude Monet.
Anna Karénina se publicó por entregas en el periódico Ruskii Véstnik (El Mensajero Ruso), casi como un folletín, entre enero de 1875 y abril de 1877. Sin embargo, no se concluyó debido a las desavenencias que Tolstói mantenía con su editor respecto al final de la historia. La primera edición completa en forma de libro salió a la luz en 1878. El escritor ruso empezó a pergeñar la novela en 1870, al menos las principales líneas argumentales, que al parecer comentó incluso con su esposa. Sin embargo, diversos proyectos le impidieron dedicarse a ella y no fue hasta 1873 cuando comenzó a escribirla. Se cree que el personaje de Anna está inspirado en la hija mayor de Aleksandr Pushkin. La conoció en una cena y a partir de ese momento Tolstói comenzó a leer la obra de su padre. Parece ser que el origen de la obra fue un fragmento de Pushkin: "Los invitados se reunieron en la casa de campo". Tolstói valoró el hecho de empezar una obra sin necesidad de más explicaciones, y así enfocó Anna Karénina. Entusiasmado, le comentó a un amigo que tardaría en escribirla dos semanas. El trabajó, finalmente, se prolongó durante varios años.
Tolstói, autor también de la no menos abrumadora Guerra y paz, retrata en Anna Karénina la sociedad rusa de su tiempo, con una crítica feroz hacia la hipócrita aristocracia de la Rusia zarista. Estructurada en ocho partes, tres parejas sostienen el entramado coral de la monumental obra: Anna-Vronski, Levin-Kitty y Dara Aleksándrovna-Oblonski, con Karenin sobrevolando la acción. Tal y como afirma Víctor Gallego en la introducción, "Anna Karénina no es la historia de un adulterio, la exposición de un destino truncado por los vaivenes de la vida y las condiciones sociales de una determinada época, sino una fábula sobre la búsqueda de la felicidad".
Todas las familias felices se parecen; las desdichadas lo son cada una a su modo.
Todo estaba patas arriba en casa de los Oblonski. Enterada de que su marido tenía una relación con la antigua institutriz francesa de sus hijos, le había anunciado que no podía seguir viviendo con él bajo el mismo techo. Esa situación, que se prolongaba ya por tres días, era dolorosa no sólo para el matrimonio, sino también para los demás miembros de la familia y la servidumbre. Tanto unos como otros se daban cuenta de que no tenía sentido que siguieran viviendo juntos, que los huéspedes ocasionales de cualquier pensión tenían más cosas en común que cuantos habitaban esa casa.
Tolstói, Lev N., Anna Karénina [Anna Karenina], Alba, Barcelona, 2010. Traducción e introducción de Víctor Gallego. Cartoné con sobrecubierta, 1.008 páginas.