Resulta curiosa la amistad que surgió entre estos dos autores de estilos y literaturas tan distintas. En realidad, parece extraño que el creador de La copa dorada y el autor de La isla del tesoro llegaran a mantener una correspondencia literaria y personal tan estrecha. Sin embargo, así fue.
Todo comenzó en septiembre de 1884, cuando Henry James (1843-1916) publicó en el londinense Longman's Magazine un artículo titulado "El arte de la ficción". Lo escribió como respuesta a otro artículo de igual titulo que había escrito el novelista Walter Beasant (1836-1901), sobre la teoría y la práctica de la novela. Henry James comparaba novelas recientes de estilos y temas distintos, y señalaba: "Acabo de leer la deliciosa novela La isla del tesoro de Robert Louis Stevenson (...), me parece maravillosamente lograda en lo que se propone".
En el número de diciembre de ese mismo año fue Robert Louis Stevenson (1850-1894) quien escribió un artículo en la misma revista, titulado "Una humilde reconvención". Trataba sobre el arte de novelar y aludía al "encantador ensayo del señor James", entrando en polémica con él y comentando su última obra, El autor de Beltraffio, de la que dijo: "Tan justa en su concepción, tan ágil y pulcra en su estilo".
Apenas leyó el artículo sobre su novela, el señor James envió una carta al señor Stevenson y al cabo de tres días éste le respondió. Después de cruzarse estas primeras palabras cordiales, comenzaron su correspondencia. James, aunque americano, residía en Londres, tenía 42 años y ya contaba con cierto prestigio. Stevenson tenía 35 años, estaba enfermo y vivía en Bournemouth con su esposa. No se conocían personalmente, pero ambos se habían leído y se admiraban. Nació una amistad que sólo se interrumpió con el temprano fallecimiento del señor Stevenson, el 3 de diciembre de 1894.
La editorial Hiperión ofrece en un preciosísimo volumen la crónica de esta amistad, ilustrado con algunas de sus cartas manuscritas y diferentes imágenes. Se trata de una correspondencia que enmarca la vida de los dos autores, sus viajes, sus inquietudes literarias y sus trayectorias intelectuales; en ella se va configurando una amistad que supo estar por encima de sus divergencias y sus distintas opiniones. Para los admiradores, tanto de Henry James como de Robert Louis Stevenson, este descubrimiento literario supone un verdadero tesoro que permite reconstruir paso a paso la relación que mantuvieron estos dos genios de la literatura durante más de una década.
Mi querido Robert Louis Stevenson: [...] Es un lujo, en esta época inmoral, encontrar a alguien que realmente escribe, que de verdad está familiarizado con ese arte encantador. No sería justo competir con usted en esto; además, creo que estamos de acuerdo en muchas más cosas que en desacuerdo, y aunque hay puntos acerca de los cuales un espíritu más irrefrenable que el mío querría tratar de encontrar un defecto, no es eso lo que quiero decir; antes al contrario, agradecerle lo mucho que de sugestivo y acertado hay en sus observaciones, pensadas con tanta justeza y dichas con tanta brillantez. [3 Bolton St., W, 5 de diciembre de 1884].
James, Henry y Stevenson, Robert Louis, Crónica de una amistad. Correspondencia y otros escritos [A Record of Friendship and Criticism], Madrid, Hiperión, 2009. Traducción de María Cóndor. Rústica, 224 páginas.